miércoles, 22 de abril de 2020

LUNA DE SEPTIEMBRE

















De Julio saltamos a Septiembre, de 2019 estamos hablando, lógicamente a.C. (antes del Coronavirus). Este año no tocaba hacer La Luna de Agosto, propuesta no competitiva de mi buen amigo Pedro Laguna y su binomio Juan Manuel Palacios, que hoy en día organiza el Ayuntamiento de Utrera con la colaboración del Club Deporteando por Utrera, pues en esas fechas cumplimos uno de nuestros peregrinos objetivos: El Camino de San Salvador. Estoy preparando su crónica o historia, que compartiré en Etica, Estética y Otras Cosas.

Hoy me gustaría hablar un poco de nuestra mascota, "mi podenca negra", una perrita cruzada entre podenca y labradora, al menos eso nos parece, única en su especie y de pedigrí exclusivo, y que nos adoptó (ella a nosotros) allá por Enero de 2013. Ahora en serio, no comprendemos cómo alguien puede abandonar a un cachorrito de un mes una fría mañana de enero, de enero o cuando sea. Entrenando para Maratón de Sevilla de ese año, en un recorrido que solía ser circular, ese día fue de ida y vuelta, y qué suerte tuvimos, pues allí estaba, como esperándonos nuestra Luna.

Y aquí la ven ya adulta con su musher, yo mismo. Tenemos ambos la misma edad, ella con  sus más de siete años perrunos y yo con más de medio siglo de almanque, con algunas canas ambos, pero ahí estamos los dos. A Luna le encanta correr, y saltar, meterse en todos los charcos, y riachuelos, le gusta la playa, y la sierra... Es una atleta todoterreno. Qué les voy decir, es una más de la familia, con sus travesuras de cachorrillo al principio (se me comió además de mis zapatillas de fútbito hasta una de mis plantillas recién recogidas del podólogo, de las caras además, una sóla, y claro, tuve comprar un nuevo par nuevo sin estrenar el anterior), con su tratamiento contra sus ataques epilépticos (al principio nos asustamos con el primero que le dio, porque es muy nerviosa, y alguno tiene de vez en cuando, pero hoy está controlado todo),  con sus cosas, como todo el mundo. Todo el mundo en las distancias cortas es especial.




Para nosotros Luna es única e irrepetible, porque además, como la mayoría de los canes, es muy cariñosa y agradecida. Sus bienvenidas, aunque hayan pasado unas pocas horas, son espectaculares. Es nuestra guardiana anubis, es la que manda en la casa, va a su aire, siempre está en medio de algún sitio y en todas partes está presente, porque además lo le gusta estar sola y siempre está acompañando a alguien de la familia.






Con ella descubrí el Canicross. Al principio la gente en Utrera se extrañaba al vernos correr juntos, con nuestro su arnés y mi tiro elástico. Hoy se ven ya más corredores y corredoras con sus mascotas runners. También está engordando en este nuestro confinanimiento, ya que sale, o más bien ella nos a toda a nosotros, lo estrictamente necesario. Y yo qué quieren que les diga, que queremos mucho a nuestra can, que no ha podido dar con mejores compañeros y familia, y conmigo en lo deportivo más, que desde que terminaron las Carreras en Trajano (esa es otra historia) y hasta que debutamos no había subido a un podium (miento, una vez le recogí a un amigo su trofeo en una Media Martón, que ganó en su categoría) y ese honor se lo debo a ella. Así que cada año o temporada hacemos un par de carreras de canicross, al menos, para no perder el hábito y que se relacione con más canes corredores.

Y en esta ocasión, el domingo 1 de Septiembre de 2019, nos fuimos al Canicross del Parque del Alamillo en Sevilla, de carácter no competitivo y solidario, para apoyar a LASA La Sonrisa Animal, Asociación que trabaja en la acogida y prepara para la adopción de animales abandonados, sobre todo gatos y perros. Encomiable e impresionante la labor que desarrollan. Mercadillo, actuaciones musicales, amor por los animales, y en definitiva una mañana muy bonita fue la que pasamos. La carrerita muy agradable, nuestra Luna, feliz, y nosotros, encantados. Fue nuestra particular Luna de Septiembre.










Cambiando de tercio, aunque relacionado, también nos inscribimos el 12 Enero de 2020 en el II Mushing Ciurdad de Alcalá, para hacer una competición oficial del Campeonato de Andalucía, aprovechando que se organizaba en la vecina localidad de Alcalá de Guadaíra (Sevilla).




Prevista y agendada, allí que nos plantamos en Los Pinares de Oromana, en medio del campo junto a un campo de tiro, y después de casi una hora para llegar desde Utrera, porque nos perdimos, no pudimos llegar a correr. Tan oficial era la prueba (no me había estudiado el reglamento, en honor de la verdad) que se requería la vacuna de la tos de la perrera, vacuna no obligatoria salvo para si es para competir. De lógica veterinaria y comprensible dada la competición. Así que nos limitamos a recoger deportivamente la bolsa del corredor, en este caso corredores ambos los dos, y ver un ratito el nivel que allí se había congregado, y menos mal que no corrimos. Porque lo que vimos luego allí nos asustó. Lo podéis ver en el vídeo: una profesional prueba contrareloj, uno a uno, de menos de 4 minutos el kilómetro el que corria más lento. Vamos, ni locos hacemos esos tiempos nosotros. Aunque dignamente hubiéramos acabado, como era nuestra pretensión. Después del disgusto, y visto lo visto, le dije a mi Luna: "Menos mal que no nos han dejado correr". Quien no se consuela es porque no quiere. 




La próxima entrada será entre nocturna y vertical, entre el Río Guadalquivir y el Faro de Chipiona. De momento a seguir cuidándose y mucho ánimo, que ya queda menos.



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