domingo, 17 de abril de 2011

EXPERIENCIA EN EL TRIATLON DE SEVILLA 2011



Bueno, otra experiencia más. Prevista para antes de los cuarenta, llega con un poco de retraso, pero llegó. La verdad es que el río me echaba para atrás, le tenía miedo no, pánico. Yo soy de secano, de forma curiosa de horóscopo piscis, pero de niño por poco no me ahogo en una piscina, así que ahora comprenderéis mi preocupación y congoja antes de la prueba y ahora mi alegría. Digo ahora porque ayer aún no era consciente de que era Triatleta, super sprint, algo parecido a "finisher" al fin y al cabo, pues por lo menos terminé.






También era el estreno de mi Nova Esmatina, y al lado la causa de mi mayor preocupación, el agua verde y profunda del río Guadalquivir.







Lo mejor de todo este mundillo, sin lugar a dudas, es la buena gente que te encuentras y llegas a conocer. En estas fotos con Charlie y Mateos. Gente currante, sana, diversa, educada, y que compatibiliza su vida con la práctica del deporte que más les gusta, parte de su vida misma y gracias al cual he tenido la suerte de conocer, estando seguro que además la amistad seguira creciendo.




Antes de comentar mis sensaciones, aquí pongo algunas fotografías del amigo Lay y de mis amigos de Utrera y Los Molares que realizaron la prueba Olímpica ¡ahí es nada! Unos máquinas, y algunos debutaban en su primer triatlón, como Javier y mi Paisano de Los Molares. Vi muy bien a Cotri, que iba fenomenal, también a Jose María y al Lay.








Los dos Javier, Pariente de Utrera y Javier Casazayas de Los Molares, que además debutaba en su primer Trialtón.







Dos paisanos de Los Molares. José María remontando en su especialidad, gran altleta y cada vez mejor triatleta.






El gran Cotri de Utrera, y más abajo el gran Lay de Los Palacios, triatletas y buena gente es poco para definirlos.


Dicho lo anterior, con sus fotografías incluidas, diré que hoy estoy más contento que ayer. Como decía estaba bastante nervioso. Desde febrero que me inscribí vengo dando vueltas a esto del trialtón. Menos mal que seguí el consejo de José María, que me recomendó empezar por el super sprint, para ir progresando y no agobiarme y medio ahogarme en el río. Tanto le hice caso, que me mentalicé bastante en acabar de la mejor forma y sin agobios. Así que me quedé de los últimos para ir a mi ritmo sin más, y aunque tragué un par de veces agua en el primer tramo, cada vez respiraba mejor e iba más tranquilo. A la llegada al pantalán me alcanzaron los de la salida posterior de la igualdad, pero eso a mi daba igual valga la redundancia.


Después una eternidad en la transición para calzarme las zapatillas, calcetines, el pañuelo y el dorsal, y salgo a bicicletear, bien, adelantando con mi flaca portuguesa, y sin darme cuenta ya estoy de nuevo en los boxes, coloco la bici en la barra, y entonces un compañero más nervioso aún que yo deja caer la suya de una forma un poco brusca y cede la barra dejando caer todas las bicis, incluida la mía, que quedó arañada y con el sillín descolocado. Cosas que pasan.


Finalmente la carrera, un paseito por el parque del Alamillo la mayor parte por tierra, y llegada a meta, donde veo a mi amigo Tragabuche, que saludo afectuosamente tomando una bebida isotónica.


Para ser honesto, y a falta de clasificación oficial y tiempos, a pesar de estar contento por haber finalizado el trialtón, diré que tengo sensaciones dispares, pues con tanta transición, tantas salidas y entradas, tantos bártulos y bicicletas, vuelta línea roja, vuelta línea amarilla, uno acaba mareado.


Era mi primera experiencia, y la anterior del duatlón me pasó algo parecido aunque no tanto. Será cuestión de acostumbrarse. Con todo, la sensación que tengo es se me hizo un poco corto. La culpa la tendrá las medias y maratones completas, donde se empieza y se acaba sin más, y además lo controlas todo. Al menos yo tenía la sensación de no controlar nada en esta prueba. Para colmo tengo la certeza de haber hecho menos distancia en la bicicleta, pues la organización me hizo entrar cuando aún tenía que hacer otra vuelta y la inseguridad me hizo obedecer y después al final darle vueltas al asunto.


Lo más destacable haciendo una lectura positiva es que precisamente y gracias (no por culpa) a la lesión de rodilla del año pasado he podido hacer el Triatlón de Sevilla. Me prescribieron hacer bicicleta y piscina, y como no quería dejar de correr, ahí esta el tío, triatleta y todo. Y la rodilla sin problemas, aunque la cuido bastante evitando la tentación de alguna media maratón, por ahora. Todavía debo perder un poquito más de peso para cargarla menos. Todo se andará, correrá, rodará y nadará, no siempre en el mismo orden aunque siempre rodeado de buenas vibraciones y afán de superación personal, por lo menos, pues esto del deporte es eso y mucho más.


Buena Semana Santa, buena estación de penitencia a quien la haga, y sobre todo salud y a disfrutar de la familia.


Un abrazo.


Diego Gómez Ojeda.

5 comentarios:

  1. Enhorabuena, Diego, enfrentarse a los miedos es la mejor forma de vencerlos.

    Es normal que te haya sabido a poco, si estás acostumbrado a maratones y medias, que además de más larga son monodisciplinares. Lo de las transiciones, los boxes y las rayas imaginarias de colores forman parte de la idiosincracia de este deporte, conforme hagas más pruebas, (más largas por supuesto para que no te quedes "con hambre"), poco a poco te habituarás a ello.

    Un abrazo, un placer haberte conocido, gracias por los elogios y hasta la próxima.

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  2. Enhorabuena, Diego, es un paso más en tu evolución deportiva, tienes que estar contento. Me alegro mucho por ti, amigo. Un abrazo.

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  3. Sí señor, muchísimas felicidades. Ésto hay que enmarcarlo!

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  4. Enhorabuena Diego, una bonita experiencia. Un saludo
    Posdata: Quedamos el 11º por clubes en Jaen, ya publicare una entrada jeje.

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  5. Felicidades Diego por tu primer triatlon, ahora a cotas mayores que este es mu feo, as escogido de los mas feos, veras cuando hagas uno en la playita, vas a disfrutar y las sensaciones son diferentes.
    Gracias por la fotillo.

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