Es el momento de hacer valoraciones a punto de terminar el año 2023. La primera y principal, la de estar muy contento de seguir corriendo, y este año más, en compañía de mi hijo Javier. Él me manifestó su intención de hacer una Media Maratón, y como consejo de corredor veterano, le dije que una media de entrada no, que primero había que hacer carreras populares de 10K, algún fondo, una tirada de más de 15 kilómetros, y después plantear la media. Dicho y hecho. Y para mí, todo un orgullo hacerle de cicerone, que no de liebre, porque lo que quería es que él no sufriera (mucho) y disfrutara. Objetivo conseguido a medias, pero lo hemos conseguido.
A medias porque Javi sí sufrió, un poco, la verdad. Dos semanas antes tenía una ligera molestia en la rodilla derecha, sobrecargada en su última tirada, y no dejándola descansar con sesiones de gimnasio y pesas, del que lo he sacado un poco con nuestras carreras como forma de hacer cardio. Eso y su pisada irregular, sin plantillas no domadas, hizo que el kilómetro 15 tuviera que parar. Crema, calor, masaje, andamos un kilómetro, ya casi vemos el puente. Probamos a correr suave, y con ligera cojera, vamos llegando a Los Palacios y Villafranca. Ya el tiempo es lo de menos. No haremos menos de dos horas, como él quería, pero tampoco quiero que se lesione. Dice que puede, porque quiere llegar, y terminar. Las palmas del público, la gente del Pueblo, nos anima, le anima a él, caras conocidas, ánimos de desconocidas, pero vamos a llegar, seguro que sí. Ya solo nos que da la recta, para disfrutar sufriendo, y un pequeño sprint para demostrar que sí ha podido. Mi Campeón.
Como todo en la vida, que no deja de ser un constante aprendizaje, se demuestra que una media maratón, 21 kilómetros, no es una carrera popular. En esa distancia aparecen situaciones antes no vividas, puntos débiles que se desconocían, límites que se sobrepasan, y lo cierto que es la sensación de acabarla, como la maratón, es una sensación increíble, pero también se sacan conclusiones, como conocer nuestra limitaciones, y nuestras fortalezas. Para mi hijo, la principal es que ha sido que es capaz de eso y mucho más, que ha sacado fuerzas, físicas y psíquicas, para cumplir su meta, que es capaz de sufrir y terminar lo que empieza. Pero también ha aprendido que pasará algún tiempo antes de abordar un nuevo reto, totalmente recuperado de su sobrecarga. Que las distancias menores le van mucho mejor, que quiere seguir con su gimnasio y correr de vez en cuando, y que si va a seguir corriendo tendrá que que adaptar sus plantillas a un buen calzado para neutralizar su irregular pisada de pies cabos y pies planos, ahí es nada. Como dice su padre, "siempre aprendiendo", que más orgulloso no puede estar.
Y vamos a los documentos gráficos, que los hay, y muy interesantes.
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Con nuestro prima Sebas Gómez Cabello |
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Dos padres con sus hijos, Miguel con Pablo, Javi y Diego, amigos de Utrera |
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Foto para el recuerdo |
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Con nuestra amiga Mari Ángeles de Haro |
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Juan Garrido, paisano y amigo, el mejor Speaker |
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A mitad de carrera, muy bien |
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A partir de km 10, otra carrera |
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Sprint final |
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Primera Media Finalizada |
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Algunas más |
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El próximo año, a por la 20ª en Los Palacios |
Y hasta aquí mi año atlético. El año próximo será olímpico, y en 2024 espero llegar a mi Media Maratón número 60, y ya me gustaría hacer mi décimo quinta Maratón, que me encantaría fuera en Berlín en la edición 40, donde seguro se intentará bajar por primera vez de la dos horas. Digo me encantaría porque me he inscrito al sorteo de dorsales, aunque casi prefiero no ser agraciado, porque hay que volar desde Barcelona, o desde Sevilla con transbordos, y con hotel por dos, se va un dinero casi prohibitivo. La opción ibérica sería correr una Media en Portugal o la Behobia en San Sebastián, porque quiero dejar reservada la posibilidad futura (no muy lejana) de la que podría ser mi 15ª y posiblemente mi "penúltima" Maratón en país extranjero. Ahí lo dejo.
¡Feliz Año 2024, salud, buena compañía y kilómetros!